jueves, 14 de abril de 2011

Castilla y León

Castilla y León es una comunidad autónoma española constituida en 1983 cuyo territorio se sitúa en la parte norte de la meseta de la península Ibérica y se corresponde mayoritariamente con la parte española de la cuenca hidrográfica del Duero. Está compuesta por las provincias de Ávila, Burgos, León, Palencia, Salamanca, Segovia, Soria, Valladolid y Zamora. Es la comunidad autónoma con mayor extensión de España y la tercera región más extensa de la Unión Europea.[3] Tal y como el Estatuto de Autonomía de Castilla y León declara en su preámbulo (2007):

"La Comunidad Autónoma de Castilla y León surge de la moderna unión de los territorios históricos que componían y dieron nombre a las antiguas coronas de León y Castilla."
 

Geográfía


Relieve

 

La morfología de Castilla y León está formada, en su mayor parte, por la Meseta y un cinturón de relieves montañosos. La Meseta es una altiplanicie, que tiene una altitud media cercana a los 800 m, está cubierta por materiales arcillosos depositados que han dado lugar a un paisaje seco y árido.
Siguiendo la morfología de la zona se pueden observar: al norte, las montañas de las provincias de Palencia y de León con cumbres altas y espigadas y las montañas de la provincia de Burgos, dividas en dos partes por el desfiladero de Pancorbo, vía de unión entre el País Vasco y Castilla. De éstas, la parte norte pertenece a la cordillera Cantábrica y llega hasta la ciudad de Burgos. La zona este-sureste, perteneciente al sistema Ibérico. En la parte noroeste se extienden las montañas de Zamora, con picos amesetados por la erosión. Al este, en las montañas sorianas, se puede apreciar el sistema Ibérico, presidido por el Moncayo, su cumbre más alta. Separando la Meseta septentrional de la meridional, al sur, se levanta el Sistema Central donde se encuentran la Sierra de Gata y la Sierra de Gredos en la mitad oeste y la Sierra de Guadarrama y la Sierra de Ayllón en la mitad este.

Evolución geológica

La Meseta septentrional está constituida por zócalos paleozoicos. Al principio de la era Secundaria, una vez finalizado el plegamiento herciniano que elevó la actual Centroeuropa y la zona galaica de España, los materiales depositados fueron arrastrados por la acción erosiva de los ríos.
Durante el plegamiento alpino, los materiales que formaban la meseta se rompieron por múltiples puntos. De esta fractura se elevaron los montes de León, con montañas de no mucha altura y, constituyendo la espina dorsal de la Meseta, la cordillera Cantábrica y el sistema Central, formado de materiales como el granito o las pizarras metamórficas.
Esta configuración geológica ha permitido afloramientos de agua minero-medicinal y/o termal, aprovechados ahora o en el pasado, en Almeida de Sayago, Boñar, Calabor, Caldas de Luna, Castromonte, Cucho, Gejuelo del Barro, Morales de Campos, Valdelateja y Villarijo, entre otros lugares.

Ríos

El Duero
La principal red hidrográfica de Castilla y León está constituida por el río Duero y sus afluentes. Desde su nacimiento en los Picos de Urbión, en Soria, hasta su desembocadura en la ciudad portuguesa de Oporto, el Duero recorre 897 km. Del norte descienden el Pisuerga, el Valderaduey y el Esla, sus afluentes más caudalosos y por el este, con menor agua en sus caudales, destacan el Adaja y el Duratón. Después de pasar la ciudad de Zamora, el Duero se encajona entre los cañones del Parque Natural de Arribes del Duero, haciendo frontera con Portugal. Por la margen izquierda le llegan importantes afluentes como el Tormes, el Huebra, el Águeda, el Coa y el Paiva, todos procedentes del sistema Central. Por la derecha le llegan el Sabor, el Tua y el Támega, nacidos en el macizo Galaico. Pasados los Arribes, el Duero gira hacia el oeste adentrándose en Portugal hasta desembocar en el Atlántico.
Sin embargo, la Cuenca del Duero no es la única, ya que también están la del Ebro, en Palencia, Burgos y Soria (río Jalón), la del Miño en León, la del Tajo en Salamanca (río Alagón) y la Cantábrica en algunas provincias por las que pasa la Cordillera Cantábrica.


Clima

 

Castilla y León tiene un clima mediterráneo continentalizado, con inviernos largos y fríos, con temperaturas medias de entre 4 y 7 °C en enero y veranos cortos y calurosos (medias de 19 a 22º), pero con los tres o cuatro meses de aridez estival característicos del clima mediterráneo. La pluviosidad, con una media de 450-500 mm anuales, es escasa, acentuándose en las tierras más bajas.
Factores climáticos
Debido a la barrera montañosa de Castilla y León, los vientos marítimos quedan frenados, deteniendo de ese modo las precipitaciones. Debido a eso, las lluvias caen de una manera muy desigual en el territorio castellano y leonés. Mientras que en el centro de la cuenca del Duero se registra una media anual de 450 mm, en las comarcas occidentales de los montes de León y la cordillera cantábrica las precipitaciones llegan a los 1.500 mm al año.
Traje de folclóre en las Fiestas de San Juan en Soria
La elevada altitud de la Meseta y sus montañas acentúa el contraste entre las temperaturas del invierno y el verano, así como las del día y la noche.
Regiones climáticas
Aunque Castilla y León está encuadrada dentro del clima continental, en sus tierras se distinguen distintos dominios climáticos:
  • Al norte, en la parte más elevada de la cordillera Cantábrica, se aprecia un clima atlántico, de suaves inviernos y veranos templados, mientras que en las zonas menos elevadas de la misma sierra, el terreno muestra las características típicas de las regiones atlánticas de montaña, con inviernos muy fríos.
  • La parte central de la Meseta está dominada por el clima mediterráneo continental, con veranos calurosos e inviernos especialmente severos, menos la parte este de Zamora, dominada por un clima todavía mucho más seco.
  • En las zonas montañosas del nordeste, el este y el sur, el clima es típicamente mediterráneo de montaña, con lluvias poco abundantes, veranos calurosos e inviernos fríos.

Historia

El rey Alfonso X
La comunidad autónoma de Castilla y León es el resultado de la unión en 1983 de nueve provincias: las tres que, tras la división territorial de 1833, por la que se crearon las provincias, se adscribieron a la Región de León y seis adscritas a Castilla la Vieja, exceptuando en este último caso las provincias de Santander (actual Comunidad Autónoma de Cantabria) y Logroño (actual Comunidad Autónoma de La Rioja).
En el caso de Cantabria se defendió la creación de una comunidad autónoma por motivos históricos, culturales y geográficos, mientras que en La Rioja el proceso resultó más complejo debido a la existencia de tres vías, fundamentadas tanto en motivos históricos como socio-económicos: unión a Castilla y León (UCD), unión a una comunidad vasco-navarra (PSOE, PCE)[cita requerida] o creación de una autonomía uniprovincial, opción tomada ante el apoyo mayoritario de su población.


Arte de Castilla y León

 La comunidad castellanoleonesa es rica en patrimonio histórico y cultural. Debido a ello, el propio Estatuo de Autonomía de Castilla y León, en su última reforma, recoge la necesidad de que la región se ocupe de toda esa riqueza y la ponga en valor. Además, recoge que Castilla y León podrá participar en aquellas organizaciones internacionales que así lo permitan de carácter cultural. Expresamente hace referencia a la colaboración con la UNESCO. El arte castellanoleonés, tanto arquitectura, literaura, escultura, cine o pintura; es muestra de los momentos históricos en los que ha vivido la región. Así, vemos arte prerrománico y románico, así como un rico legalo medieval, renacentista y barroco, debido a la grandísima importancia de las tierras que conforman hoy en día Castilla y León en aquellas épocas históricas.

 

 

Escultura

 

La escultura es una de las ramas artísticas donde más han destacado los artistas de la región. De especial importancia es la imaginería religiosa, de manos de Juan de Juni, Alonso Berruguete o Gregorio Fernández. Son escultores de la llamada "Escuela Castellana", y la mayoría de obras escultóricas que recorren las calles de Valladolid durante la Semana Santa, son obra de estos maestros.
En tiempo de la contrarreforma católica contra los protestantes, reyes y obispos encargaban grandes obras a estos escultores para fomentar el fervor religioso entre los ciudadanos. Grandes obras barrocas surgieron de los talleres de la región. Además, el Museo Nacional de Escultura "Colegio de San Gregorio" se encuentra en la ciudad de Valladolid, donde se exponen muchas de esas tallas.
Otros afamados escultores, especialemnte de retablos, fueron los mirandeses Diego de Marquina y Pedro López de Gámiz; o el renacentista Diego de Siloé, con retablos como el de la capilla de Santa Ana en la Catedral de Burgos. Otros nombres son Rodrigo de la Haya y su hermano Martín de la Haya. Todos ellos son procedentes de la Provincia de Burgos.
Por otro lado, el retablo mayor de la Catedral de Palencia es obra de Juan de Balmaseda.


Pintura

Rey David de Alonso Berruguete, en la Iglesia de Santa Eulalia de Paredes de Nava
La pintura románica se daba principalmente dentro de las iglesias, en los muros. Un ejemplo son los que existen en el Panteón de los Reyes de León. Los más conocidos son los de la Ermita de San Baudelio de Berlanga en la provincia de Soria, representando episodios evangélicos y cacerías, del siglo XII. También durante la Edad Media, pero esta vez de estilo gótico, son destacables las vidrieras de la Catedral de León.
Ya en la pintura renacentista, dos de los grandes maestros pintores del momento son Juan de Flandes y Pedro Berruguete.
De la época barroca destaca Diego Valentín Díaz, de formación manierista y oriundo de Valladolid y el tenebrista Antonio de Pereda.


 

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